LA CATEQUESIS EN LA PARROQUIA DE AJO

               

Señor, haz que en mi comunidad cristiana tu nombre sea proclamado e invocado;
que los padres ejerzan su responsabilidad de educadores en la fe;
que los catequistas iniciemos en la fe a los
niños, a los adolescentes y a los jóvenes con profundidad y vivencia evangélica.
Señor, que yo sepa hacer resonar tu Palabra en medio de mi grupo, 
en medio de mi comunidad cristiana con la sencillez de tu Madre, María,
reunida entre los discípulos. Amén
CATEQUESIS DE ADULTOS Y OTROS GRUPOS DE FORMACIÓN GRUPOS DE CATEQUESIS INFANTIL Y HORARIOS
SER CATEQUISTAS: ORACIONES PARA ECHAR ANDAR DE 2 EN 2: NUESTRA REVISTA

GRUPOS DE CATEQUESIS:

CATEQUESIS DE COMUNIÓN 2º Y 3º:

EL HORARIO ES: VIERNES A LAS 5:45  y 6 DE LA TARDE EN EL CENTRO PARROQUIAL 

 (SED PUNTUALES)

En nuestra catequesis lo más importante es que los niños y niñas se acerquen a la experiencia de Jesús, que conozcan a Jesús, que se acerquen a Él y le descubran como ALGUIEN cercano que les anima y les ILUSIONA  con su EVANGELIO. Tendremos la CATEQUESIS INFANTIL los viernes a las 6 de la tarde en el CENTRO PARROQUIAL (en los bajos de la casa del cura)

CATEQUESIS FAMILIAR - POSTCOMUNION Y OTRAS CATEQUESIS: LLAMAR ALA PARROQUIA 659339608

Los Domingos procuraremos ir a MISA  A LAS 12:30 (11:15 en Arnuero)PARA CELEBRAR JUNTOS LA ALEGRÍA DE LA FIESTA DE JESUS.

GRUPOS DE FORMACIÓN - OTROS GRUPOS: LLAMAR 659339608

.- GRUPOS DE LECTURA CREYENTE DE LA PALABRA. PREGUNTAR AL PARROCO. 650918412

.- ENCUENTROS CON LOS JÓVENES

MÁS ADELANTE PROCURAREMOS FORMAR GRUPOS DE JÓVENES PARA LA CONFIRMACIÓN

.- CORO PARROQUIAL. ENSAYO LOS SABADOS POR LA TARDE. ANÍMATE Y PARTICIPA

ORACIONES PARA EL CATEQUISTA  Y REFLEXIONAR

Aquí tienes unas oraciones para ayudar al catequista y oraciones del cristiano recopiladas de varios sitios y que pretenden ayudarte a reflexionar y orar.

ORACIÓN DEL CATEQUISTA

Me has llamado, Señor,
a continuar tu obra de anuncio del Reino
que inauguró entre nosotros
Jesús, tu Hijo y nuestro hermano.

Con los profetas te quiero gritar:
Mira, Señor, que no soy más que un joven
que no sabe hablar.
Pero, a pesar de todo, 
aquí estoy para hacer tu voluntad
y proclamar a todos
que Tú eres el Dios de la Vida
el Dios de la Misericordia.

Tú, Señor, conoces muy bien
toda mi vida y mis dudas;
mis fragilidades y debilidades.

Solo quiero que mi vida esté a tu disposición
como lo estuvo la de María,
creyente sencilla y Madre buena.

Señor, que sepa hacer resonar
tu mensaje en mi comunidad,
en el lugar donde vivo
para que la buena noticia llegue a todos
y el mundo crea en el Evangelio.
Amén

UNA SONRISA

Una sonrisa cuesta poco
y produce mucho.
No empobrece a quien la da
y enriquece a quien la recibe.

Dura sólo un instante
y perdura en el recuerdo eternamente.
Es la señal externa
de la amistad profunda.

Nadie hay tan rico
que pueda vivir sin ella,
y nadie tan pobre
que no la merezca.

Una sonrisa
alivia el cansancio,
renueva las fuerzas
y es consuelo en la tristeza.

Una sonrisa tiene valor
desde el comienzo en que de da.

Si crees que a ti la sonrisa
no te aporta nada,
sé generoso y da la tuya,
porque nadie tiene
tanta necesidad de la sonrisa
como quién no sabe sonreír.

DECÁLOGO DE LA SOLIDARIDAD

1.	Recuerde que Dios es Padre de Todos.
2.	Reconcíliese con quien esté enemistado.
3.	Salude o visite a quienes tiene en el olvido.
4.	Sea justo y agradezca a quienes colaboran con usted.
5.	Escuche a quien le quiere hablar.
6.	Comparta algo que aprecie con quien lo necesite.
7.	Visite a un enfermo o recluido.
8.	No ensucie su ciudad y proteja la naturaleza.
9.	Sea paciente y prudente al conducir.
10.	Evite hacer cosas que a los otros les molesten.

EUCARISTÍA

Es misterio.
Es sacramento.
Es sacrificio.
Como misterio, se cree.
Como sacramento, se recibe.
Como sacrificio, se ofrece.
Se propone al entendimiento como misterio.
Se da al alma como alimento.
Se ofrece a Dios como homenaje.
Como misterio, anonada.
Como sacramento alimenta.
Como sacrificio, redime.
Como misterio, es admirable.
Como sacramento, es deleitable.
Como sacrificio, es inefable.
Como misterio, es impenetrable.
Como sacramento, es presencia real.
Como sacrificio, alimenta.
Como sacramento, es sabrosísimo.
Como sacrificio, es valiosísimo.
Como misterio, debo meditarlo.
Como sacramento, debo gustarlo.
Como sacrificio, debo apreciarlo sobre todo.
Es misterio de fe. Debo creerlo.
Es sacramento de amor. Debo amarlo.
Es sacrificio de Dios. Debo confiar en él.
Como misterio se esconde, en el Sagrario.
Como sacramento, alimenta
es convite, es comunión.
Como sacrificio, se inmola,
es víctima, es la Santa Misa.
¡Oh misterio Adorable! El Sagrario será mi refugio.
¡Oh Sacramento Dulcísimo! Comulgar será mi mayor deseo.
¡Oh Sacrificio Estupendo! La Misa será mi prioridad de vida.


ORACIÓN DE ABANDONO

Padre,
en tus manos me pongo.
Haz de mí lo que quieras.
Por todo lo que hagas de mí,
te doy gracias.

Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo,
con tal que tu voluntad se haga en mí
y en todas tus criaturas.
No deseo nada más. Dios mío.

Pongo mi alma entre tus manos,
te la doy, Dios mío,
con todo el ardor en mi corazón
porque te amo,
y es para mí una necesidad de amor
el darme, el entregarme
entre tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre.
Amén.

PLEGARIA DE SAN FRANCISCO

Señor, haz de mí un instrumento de tu Paz;
que donde haya odio, ponga yo amor;
que donde haya ofensa, ponga yo perdón;
que donde haya discordia, ponga yo unión;
que donde haya error, ponga yo verdad;
que donde haya duda, ponga yo fe;
que donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
que donde haya tinieblas, ponga yo luz;
que donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh maestro, que no busque tanto
ser consolado, como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar;
puez dando, se recibe;
perdonando, se es perdonado;
muriendo, se resucita a la vida eterna.
Amén.

SALMO DE DESEO DE DIOS (Nº 62)

Oh Dios, Tú eres mi Dios, por Ti madrugo,
mi alma está sedienta de Ti;
mi carne tiene ansia de Ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo Te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
Te alabarán mis labios.
Toda mi vida Te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.

En el lecho me acuerdo de Ti
y velando medito en Ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a Ti
y tu diestra me sostiene.

NO ME MUEVE , MI DIOS , PARA QUERERTE

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
clavado en esa cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido;
muéveme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, al fin, tu amor, y en tal manera
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera;
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

DECÁLOGO PARA CRECER EN PAZ

1.- Eres alguien importante, quiérete
2.- Valora a tus amigos. Les darás seguridad.
3.- Descubre todo lo que te une a los demás por encima de lo que te separa.
4.- Respeta las opiniones; así contribuirás al diálogo.
5.- Aprende a escuchar, comprenderás mejor a los demás.
6.- Esfuérzate por terminar bien tus tareas. Disfrutarás con el resultado.
7.- Cumple tus responsabilidades, los demás lo necesitan.
8.- Trabaja en grupo. Nadie sabe más que todos juntos.
9.- Comparte tus cosas con los demás. Te hará muy feliz.
10.- Pon paz dentro de ti, de esa forma estarás poniendo también paz a tu alrededor.
ORACIÓN A MARÍA
Virgen María,
dame un corazón semejante al tuyo,
firme en sus afectos
e inquebrantable en su fidelidad.
Un corazón afectuoso
que irradie ternura serena
y no rehúse entregarse a los demás.
Un corazón delicado
capaz de poner amor en los pequeños detalles
y en los humildes servicios.
Un corazón casto, que viva en la carne
sin mancharse de torpezas.
Un corazón abierto de par en par,
que se goce con el gozo de los demás
y que sepa beber la copa del dolor.
Un corazón dulce y bueno,
que no condene a nadie
y no se canse nunca de perdonar y de amar.

ORACIÓN DE PERDÓN

Haz, Señor, que tenga limpias las manos,
limpia la lengua y limpio el corazón.
Ayúdame a luchar,
buscando el bien, aunque me cueste,
evitando el mal, que es lo más fácil.
No dejes que me acostumbre a estar lejos de Ti.
Enséñame a trabajar con constancia
y a obrar rectamente, aunque nadie me vea.
Tú siempre me ves. Perdona mis fallos
y ayúdame a perdonar a aquellos que me ofenden.
Que sea capaz de ayudar a los otros,
también cuando me fastidia hacerlo.
Padre, dame ocasión de hacer el bien cada día,
para que así pueda estar más cerca de Jesús


Oración del Catequista

Me has llamado, Señor, 
a continuar la obra de anuncio del Reino
que inauguró tu Hijo, Jesús.
Con los profetas te quiero gritar:
“Mira, Señor, que no soy más que un niño
que no sabe hablar”.
A pesar de todo, Señor,
aquí estoy, para cumplir tu voluntad
y anunciar a todos que tú eres el Dios del Amor.
Tú, Señor, conoces bien toda mi vida
y mis dudas y mis fragilidades y mis pasos vacilantes.
No puedo presumir de nada.
Sólo quiero contar a los demás
las maravillas que has hecho desde siempre
por nosotros los hombres.
Señor, haz que en mi comunidad cristiana
tu nombre sea proclamado e invocado;
que los padres ejerzan su responsabilidad
de educadores en la fe;
que los catequistas iniciemos en la fe a los
niños, a los adolescentes y a los jóvenes con profundidad 
y vivencia evangélica.
Señor, que yo sepa hacer resonar tu Palabra
en medio de mi grupo, 
en medio de mi comunidad cristiana
con la sencillez de tu Madre, María,
reunida entre los discípulos. Amén.
FORMACIÓN PARA CATEQUISTAS
Parroquia “San Francisco de Asís”
c/ Dr. Nicasio Benlloch 32
Franciscanos Menores Conventuales

Oración del Catequista

Me has llamado, Señor, 
a continuar la obra de anuncio del Reino
que inauguró tu Hijo, Jesús.
Con los profetas te quiero gritar:
“Mira, Señor, que no soy más que un niño
que no sabe hablar”.
A pesar de todo, Señor,
aquí estoy, para cumplir tu voluntad
y anunciar a todos que tú eres el Dios del Amor.
Tú, Señor, conoces bien toda mi vida
y mis dudas y mis fragilidades y mis pasos vacilantes.
No puedo presumir de nada.
Sólo quiero contar a los demás
las maravillas que has hecho desde siempre
por nosotros los hombres.
Señor, haz que en mi comunidad cristiana
tu nombre sea proclamado e invocado;
que los padres ejerzan su responsabilidad
de educadores en la fe;
que los catequistas iniciemos en la fe a los
niños, a los adolescentes y a los jóvenes con profundidad 
y vivencia evangélica.
Señor, que yo sepa hacer resonar tu Palabra
en medio de mi grupo, 
en medio de mi comunidad cristiana
con la sencillez de tu Madre, María,
reunida entre los discípulos. Amén.

ORACIÓN DEL CATEQUISTA

El catequista debe ser persona con empuje:
persona audaz.
María abierta a la palabra: con el silencio
preparó el corazón para la audacia.
María capacitada por el Espíritu:
con la oración serenó su corazón Para la audacia.
María entregada al servicio: con la generosidad
entregó su corazón para la audacia.

Ser audaz como María para llevar la paz de Cristo.
Ser audaz como María para irradiar la luz de Cristo.
Ser audaz como María para comunicar la alegría de Cristo.
Ser audaz como María para vivir más en Cristo.
Ser audaz como María para Vivir más para Cristo.
Ser audaz como María para vencer todo obstáculo.
Ser audaz como María para superar todo fracaso.
Ser audaz como María para desterrar todo temor.
Ser audaz como María para arriesgarlo todo.
Ser audaz como María para transformarlo todo.
Ser audaz como María para conquistarlo todo.

Virgen del catequista ...
enséñame el camino para saber ver con profundidad,
enséñame el estilo para saber juzgar con rectitud,
enséñame el arte para saber obrar con generosidad.

ORACIÓN DEL CATEQUISTA
Señor, cuando pienso que soy catequista
de un grupo que se reúne en tu nombre,
se amontonan en mi memoria muchas palabras tuyas,
dichas desde tu experiencia, para mí.

Vosotros no os dejéis llamar «maestro»,
porque uno sólo es vuestro maestro,
y vosotros sois hermanos.

Tampoco os dejéis llamar «jefe»,
porque uno sólo es vuestro jefe.

Que no ocurra entre vosotros
lo que pasa en otros grupos de la tierra.

Al contrario, el que ocupa un cargo
que sea el servidor de todos.

¿Cómo unir, Señor, el compañerismo con la firmeza,
la humildad con la energía,
el diálogo con las decisiones,
la cercanía con la organización,
la igualdad con la función de responsable?

¿Cómo transmitir al grupo tu Buena Noticia,
si yo no la vivo con ilusión, fuerza y generosidad?

¿Cómo ser sal, luz y levadura,
si yo mismo ando, todavía dudando
y diciéndote todo los días «sí, pero...»?

Conviérteme primero a mi
para que pueda anunciar la Buena Noticia
a todos los que me has encomendado.

Tú que fuiste una síntesis de opuestos,
-acción y oración, suavidad y firmeza,
acogida y exigencia, corazón y objetividad,
amor y lucha- Trasmíteme tu temple interior,
para que sepa llevar las riendas,
de este grupo que me has encomendado,
con los ojos puestos en tí,
y los oídos en aquellas hermosas palabras:
«no he venido a ser servido, sino a servir».

Te doy gracias, porque me has llamado y elegido,
para ser acompañante de otras personas en su caminar hacia ti.

Lléname de tu fuego y de tu espirítu y
agarra mi mano con tu mano,
para que, juntos, agarremos muchas manos,
y muchas personas puedan vivir y sonreir,
saboreando la Buena Noticia de tu Evangelio.
Señor, no soy más que un catequista de un grupo que se reune en tu nombre...
Amen.

ALUMBRANOS EN NUESTRO CAMINAR, SEÑOR
Tú eres la luz que brilla en la historia
y en la plenitud de los tiempos;
el Sol de justicia que nos vino por María,
la Aurora bellísima que te anunció y que te trajo.

Tú, Señor,
eres la luz que nació en mitad de la noche
en los campos oscuros de Belén.
Eres la luz que alumbró al salir del sepulcro en la resurrección.
Tú eres la luz densísima
que brilló sobre los discípulos reunidos en el cenáculo,
cuando vino el Espíritu Santo.
Tú eres la luz verdadera
que viene constantemente a este mundo.

Tú has venido para revelarnos al Padre,
para comunicarnos la vida.
Tú eres la Palabra que estaba en Dios,
la Palabra que era luz, que era vida.

Has querido que yo fuera luz.
Por el bautismo, Señor,
me has incorporado a tu cruz y a tu muerte,
a tu gloria y a tu resurrección;
por eso me has sacado de las tinieblas
y me has trasladado al reino de la luz,
y me pides que sea luz del mundo.

No tengo que ocultarme,
tengo que ser hoguera;
pero, Señor,
tengo que vivir muy hondamente en Ti para ser luz;
porque si no, me contagiaré de la superficialidad del mundo.

Tú me has elegido
de una manera particular en la Iglesia
para que sea luz,
viviendo a fondo el misterio de mi misión,
que es misterio de amor.

Señor,
haz que sea luz
porque el mundo de hoy espera de mí esa transparencia,
esa claridad que irradias Tú.

Señor,
yo veo que mi vida se ha vuelto tan opaca
que no deja pasar la luz,
es demasiado tenebrosa.
Y si la luz que hay en mí se hace tiniebla,
¡qué oscuridad habrá!

Señor,
hace falta que Tú aumentes mi fe,
que me hagas más profundo en la contemplación,
más ardiente en la caridad,
más sereno en la cruz
y más alegre en la tarea de catequista.

Señor, que eres la luz,
el que te siga tendrá la luz de la vida.
Ayúdame a ser luz por María,
la Madre de la Luz. Amén.

TESTIGOS DE TU REINO, SEÑOR
Señor, haz que yo sea tu testigo,
Para comunicar tu enseñanza y tu amor.
Concédeme poder cumplir la misión
de catequista con humildad y
con profunda confianza.
Que mi catequesis sea un servicio
a los demás, una entrega gozosa y
viva de tu Evangelio.
Recuérdame constantemente que
La fe que deseo irradiar la he recibido
de Ti como Don gratuito.
Ayúdame a vivirla con responsabilidad,
Para conducir a Ti a los que me confías
Hazme verdadero educador de la Fe,
atento a la voz de tu Palabra,
amigo sincero y leal de los demás,
especialmente de mis compañeros catequistas.
Que sea el Espíritu Santo quien conduzca mi vida;
Para que no deje de buscarte y quererte
Para que no me venza la pereza y el egoísmo,
Para combatir la tristeza
Señor, te sirvo a Ti y a la Iglesia unido a
Tu Madre María; que como Ella, yo sepa guardar
tu palabra y ponerla al servicio del mundo.
AMÉN

JUNTO A TI, PARA SERVIRTE, SEÑOR
Señor Jesús:
Aquí me tienes para servirte
y colocar a tus pies la labor en que estoy empeñado.
Tú me escogiste para ser catequista,
anunciador de tu Mensaje a los hermanos.
Me siento muy pequeño e ignorante,
soy a menudo inconstante,
pero sé que Tú me necesitas.
Gracias por confiar en mí, pequeño servidor tuyo.
Estoy pronto a cumplir esta hermosa tarea
con sencillez y modestia, amor y fe.
Quiero ser instrumento tuyo
para despertar en muchos hermanos:
cariño por tu persona,
confianza en tus promesas,
deseos de seguirte como discípulo.
Bendice día a día mis esfuerzos;
pon tus palabras en mis labios,
y haz que, en comunión con mis hermanos,
pueda colaborar en extender tu Reino.

María, tu que seguiste siempre con fidelidad
las huellas de tu Hijo,
guíanos por ese mismo camino.
Amén.

EN TUS MANOS  NOS TIENES, SEÑOR 

 Padre, me pongo en tus manos.
Ayúdame a abrir el corazón
para escuchar tu voz
viva, actual, interpelante
que nos habla desde la Biblia
para llevarla al mundo
y hacer posible el Reino.
Te pido que cada día
dedique un momento a leer,
meditar y orar con tu Palabra.  

Jesús maestro.
Enséñame a seguir tus pasos,
hazme fuerte en la oración,
generoso en la entrega
y perseverante en las dificultades.
Dame fuerzas para llevar a la vida
 las verdades que nos muestras.
Quiero vivir tu Palabra
y transmitirla con mis actos.
Quiero vivir solidario,
practicando la justicia
y aprendiendo a perdonar.  

Espíritu de Vida.
Enseñame a construir comunidad.
Ayudame a caminar junto a otros.
Hazme transparente a tu Palabra
y fiel testigo al enseñarla.
Te pido me acompañes
en mi vocación de catequista 
para poder, con humildad,
enseñar la Palabra que libera,
abre caminos y da vida nueva.
Que así sea.
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