VIAJES ANTERIORES AL SIGLO XV
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Introducción
La Antigüedad
grecorromana
Comerciantes
medievales
Los viajes de
Marco Polo
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Introducción
A lo largo de los siglos XV y XVI el conocimiento que
los europeos tenían del resto del mundo se incrementó
de forma notable. Descubridores italianos, portugueses y españoles
al servicio de los reyes de España y Portugal se aventuraron
por tierras lejanas y ya fuese rodeando el continente africano, o atravesando
el Atlántico, recorrieron extensísimas partes de África,
Asia y América hasta entonces apenas conocidas o totalmente desconocidas
para los europeos. Con sus viajes pusieron en contacto directo civilizaciones
hasta ese momento casi aisladas, crearon potentes circuitos comerciales
e incrementaron los conocimientos científicos, desencadenando
una serie fuerzas y dinámicas que han supuesto algunos de los
cambios más importantes de la historia de la humanidad.
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La
Antigüedad grecorromana
Sin embargo, la historia de los
descubrimientos geográficos europeos es muy anterior. Como antecedentes
remotos, puede recordarse como ya en la antigüedad griega, siglo
IV a. C., Alejandro
Magno con sus ejércitos, llegó a cruzar el río
Indo, o como los romanos intercambiaban mercancías con China
o la India. Sin embargo la caída del Imperio Romano y posteriormente
el surgimiento de la civilización musulmana rompió los
contactos directos entre los europeos y las civilizaciones del extremo
oriente.
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Comerciantes
medievales
Comerciantes europeos, sobre todo italianos de Génova
o Venecia, siguieron traficando con mercancías orientales, pero
se limitaban a acercar sus barcos al extremo oriental del Mediterráneo,
donde en puertos egipcios o sirios compraban productos del extremo oriente
a los mercaderes musulmanes, productos que estos habían conseguido
viajando por mar hacia la India, o por tierra por la famosa Ruta
de la Seda que llegaba hasta China.
Así, durante buena parte de la Edad Media, los territorios situados
más allá de los países árabes eran algo
desconocido, aunque los europeos sabían que de allí procedían
algunos productos muy apreciados (la seda
y las especias)
que despertaban el interés y la codicia de muchos comerciantes
cuyos intentos por suplantar a los musulmanes en su papel de intermediarios
acababan fracasando porque los propios mercaderes musulmanes y los estados
donde operaban eran también muy conscientes del interés
económico que tenía controlar estas rutas comerciales.
Sin embargo el “tapón” que para los cristianos europeos
suponían los estados musulmanes fue roto por la formación
del imperio mongol creado por Gengis Khan y sus sucesores capaces de
mantener bajo su control territorios que llegaban desde China hasta
el centro de Europa. Por ese “corredor” que estará
abierto desde mediados del siglo XIII hasta mediados del siglo XIV se
acercarán a Asia unos pocos aventureros, comerciantes y misioneros
cuyos trabajos no tendrán continuidad al cerrarse de nuevo esta
vía de acceso y quedar bloqueado el paso por un poderoso estado
musulmán, el turco, pero cuyos relatos y descubrimientos servirán
para hacer crecer el interés de los europeos en llegar a las
tierras del extremo oriente.
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Retrato de Marco Polo
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Los
viajes de Marco Polo
Entre los viajeros que aprovecharon la apertura de caminos provocada
por el imperio de los mongoles destaca la figura de Marco Polo, nacido
en Venecia a mediados del siglo XIII, quien acompañado por su
padre y su tío (quienes ya habían hecho años antes
un viaje a China) emprendió un largo y peligroso viaje desde
el extremo oriental del Mediterráneo hasta China, pasando por
territorios como Persia (actual Irán) o la altísima meseta
de Pamir. En China los Polo estuvieron al servicio del Khan
y durante años recorrieron enormes distancias a las que hay que
sumar su complejo viaje de vuelta. Marco Polo consiguió llegar
a Venecia y años después se convirtió en prisionero
de guerra. Durante su estancia en la cárcel dictaría sus
recuerdos del viaje que se convertirían en un relato conocido
como Libro de las maravillas del mundo, sin duda el libro de viajes
más fascinante de la historia europea pues aporta los únicos
datos fiables de la geografía del extremo oriente para los europeos
durante más de doscientos años, con descripciones como
las de los diferentes territorios chinos, el sudeste asiático,
Japón... Si bien incluye en sus descripciones pasajes llenos
de exageraciones e inexactitudes (aunque es un relato muy preciso comparado
con otros viajes de la época llenos de fantasías), su
libro servirá para difundir por toda Europa una visión
de una Asia exótica y llena de riquezas (oro, plata, seda, perlas...)
y maravillas, pues Marco Polo describirá la utilización
del papel moneda o del carbón mineral por los chinos. Los nombres
utilizados por Marco Polo, como Catay para referirse a China, o Cipango
(TEXTO)
para Japón, se convertirán en nombres míticos para
la imaginación de los europeos y la codicia de comerciantes y
mercaderes.
Estos relatos harán crecer en algunos navegantes, como Cristóbal
Colón, su deseo de alcanzar de nuevo aquellas tierras, esta vez
viajando hacia el oeste, donde se encontrará con el inesperado
continente americano. No menos arriesgados serán los intentos
portugueses de alcanzar el extremo oriente bordeando África.
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